La Lepra es una enfermedad a la que todos tememos desde pequeños y algunos creen que ya no existe, pero en México, existe.
Es una enfermedad infecciosa, crónica, causada por la bacteria Mycobacterium Leprae, también conocida como enfermedad de Hansen, se manifiesta en la piel y en el tejido nervioso superficial y su periodo de incubación puede ser de hasta 20 años. Existen dos principales formas, Lepromatosa y Tuberculoide, estas tienen subtipos. El diagnóstico se hace por biopsia de la lesión o PCR del tejido y su tratamiento es principalmente a base de antibióticos como la Clofazimina, Rifampicina y Dapsona.
En 1954 se conmemora por primera vez El Día Mundial de la Lucha Contra la Lepra, como parte de una iniciativa de la OMS por erradicarla.
En México se logró disminuir la incidencia de Lepra un 97% entre 1989 y 2017, y en 1994 logramos alcanzar la meta de la Organización Mundial de la Salud (< 1 caso por cada 10,000 habitantes), fue así como se eliminó la Lepra como problema de salud pública en nuestro país.
La realidad es que si nos acercamos a clínicas de tercer nivel o a Centros de Referencia Nacional, como el Siglo XXI en la Ciudad de México, es muy probable que en el área de Dermatología encontremos a algún paciente con Lepra en la consulta externa.
La iglesia católica ha puesto mucha atención a esta enfermedad a lo largo de la historia. Actualmente, el leprosario más famoso del mundo, y probablemente el más grande, está a cargo de las misioneras de la caridad en calcuta, India. Si no te suena mucho, lo empezó la Madre Teresa de Calcuta, y gracias a su existencia, dermatólogos de todo el mundo han hecho investigaciones sobre la historia natural de la enfermedad y han experimentado con diferentes abordajes terapéuticos a los pacientes. Los enfermos, que en la India tienden a ser discriminados por esta enfermedad, están tan agradecidos que cooperan con los investigadores y también reciben a gente haciendo voluntariado con las Misioneras de la Caridad para contarles sobre su estilo de vida autosuficiente en la casa.
Actualmente la Organización Mundial de la Salud cuenta con una estrategia mundial contra la Lepra, que plantea objetivos para acabar con la discriminación y distribuir información sobre la enfermedad a los sistemas de salud alrededor del mundo, con el fin de que durante el periodo entre 2016 y 2020 continúe en declive su incidencia.
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