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Parkinson: ¿El amanecer de una nueva era en el diagnóstico y tratamiento?

Parkinson: ¿El amanecer de una nueva era en el diagnóstico y tratamiento?

Equipo Editorial Reto MD

24 de Septiembre de 2025

¿Qué hay de nuevo en la enfermedad de Parkinson? Si bien esta pregunta ha resonado en la comunidad médica durante décadas, los avances recientes nos invitan a considerar que estamos al borde de una era transformadora en la comprensión y el manejo de esta compleja patología. Aunque estos desarrollos aún no cambian radicalmente la práctica clínica diaria, son el cimiento de un futuro prometedor.

En las últimas dos décadas, nuestra comprensión de la enfermedad de Parkinson (EP) ha evolucionado significativamente, pasando de una definición puramente clínica a una visión más biológica y multifacética (Tanner et al., 2024, p. 442).

Avances en el diagnóstico y la comprensión de la enfermedad:

  • Biomarcadores y diagnóstico temprano: La identificación de biomarcadores, como los relacionados con la proteína α-sinucleína mal plegada, está abriendo puertas a una definición biológica de la EP. Las pruebas de α-sinucleína, como los ensayos de amplificación de semillas, pueden distinguir la EP y trastornos relacionados con alta sensibilidad y especificidad, incluso en etapas prodromales con síntomas como la hiposmia. Esto podría permitir una detección temprana y la implementación de medicina de precisión (Tanner et al., 2024, p. 450).
  • Neuroimagen avanzada: Técnicas como la tomografía por emisión de fotón único (SPECT) con 123I-ioflupano y la tomografía por emisión de positrones (PET) con 18F-fluorodopa han demostrado una alta sensibilidad y especificidad (90% o más) para diferenciar la EP de otros trastornos, como el temblor esencial. Estas herramientas han llevado a cambios en el diagnóstico en un 31% de los pacientes y en el manejo en un 54% (Tanner et al., 2024, p. 443). Además, los avances en la resonancia magnética (RM) están permitiendo identificar cambios característicos de otras enfermedades neurodegenerativas, refinando el diagnóstico de la EP (Tanner et al., 2024, p. 443). Los criterios diagnósticos clínicos de la Sociedad de Trastornos del Movimiento (MDS) de 2015 han mejorado la precisión diagnóstica, y la imagenología DAT ha sido crucial para diferenciar la EP de parkinsonismos inducidos por fármacos, vasculares o por hidrocefalia de presión normal (Shin et al., 2022, p. 261).
  • Genética y factores de riesgo: Se han identificado variantes genéticas con grandes efectos en aproximadamente el 20% de los casos de EP monogénica, incluyendo LRRK2, GBA1, VPS35 y SNCA. Un avance notable es la identificación de una nueva variante de GBA1 que explica el 39% de los casos en poblaciones de ascendencia africana (Tanner et al., 2024, p. 443-444). La investigación también ha profundizado en la comprensión de los mecanismos compartidos entre factores genéticos y exposiciones a tóxicos ambientales, como la inflamación, la disfunción inmunitaria y el estrés oxidativo (Tanner et al., 2024, p. 444).
  • Reconocimiento de síntomas no motores prodromales: Se ha consolidado la comprensión de que síntomas no motores como la hiposmia y el trastorno de conducta del sueño REM pueden preceder a los síntomas motores por años, sugiriendo una etapa prodromal de la enfermedad (Tanner et al., 2024, p. 444).

Innovaciones en el tratamiento:

  • Terapias avanzadas para síntomas motores: La estimulación cerebral profunda (DBS) sigue siendo una herramienta clave, mejorando la calidad de vida y aliviando las fluctuaciones motoras. Los avances incluyen software basado en imágenes para la visualización de los electrodos y sistemas de detección de potenciales de campo locales para una programación más precisa y estimulación adaptativa (Tanner et al., 2024, p. 450). La ultrasonografía focalizada de alta intensidad (HIFU) se utiliza cada vez más para tratar el temblor en la EP, y se están explorando nuevos objetivos como el núcleo pálido y subtalámico (Tanner et al., 2024, p. 450).
  • Terapias dirigidas y en investigación: Aunque aún no hay terapias que ralenticen la progresión de la enfermedad, se están investigando activamente enfoques dirigidos a poblaciones genéticamente definidas (como las variantes GBA1 o LRRK2) y agonistas del receptor del péptido similar al glucagón (Tanner et al., 2024, p. 445). Las terapias génicas, que buscan mejorar la producción de neurotrofinas o la síntesis de dopamina, y las terapias celulares, que utilizan células madre pluripotentes inducidas o células alogénicas, están en desarrollo, aunque enfrentan desafíos en seguridad y viabilidad (Tanner et al., 2024, p. 450).
  • Manejo integral y personalizado: Se enfatiza un enfoque multidisciplinario que adapta el tratamiento a las necesidades individuales del paciente, abordando tanto los síntomas motores como los no motores (Tanner et al., 2024, p. 445).

El futuro de la atención al paciente:

La tecnología jugará un papel crucial en el futuro de la atención de la EP. La telemedicina, la inteligencia artificial, las evaluaciones digitales, los dispositivos wearables y la realidad virtual prometen mejorar la detección, el monitoreo y el tratamiento de la enfermedad (Tanner et al., 2024, p. 450).

La enfermedad de Parkinson, con su compleja manifestación de síntomas motores y no motores, está en el centro de una intensa y emocionante investigación. Los avances en el diagnóstico, impulsados por biomarcadores y neuroimagen, junto con las innovaciones en terapias dirigidas y el desarrollo de enfoques tecnológicos, están sentando las bases para una era de medicina de precisión. Si bien la cura aún es un objetivo, la curiosidad y el entusiasmo por estos descubrimientos nos impulsan hacia un futuro donde la calidad de vida de los pacientes con EP podría mejorar sustancialmente, ofreciendo esperanza y nuevas estrategias de manejo.

Referencias:

Shin, H. W., Hong, S. W., & Youn, Y. C. (2022). Clinical Aspects of the Differential Diagnosis of Parkinson’s Disease and Parkinsonism. Journal of Clinical Neurology, 18(3), 259–270.  https://doi.org/10.3988/jcn.2022.18.3.259 

Tanner, C. M., Ostrem, J. L., & Ropper, A. H. (2024). Parkinson’s Disease. New England Journal of Medicine, 391(5), 442–452.  https://doi.org/10.1056/NEJMra2401857 Zafar, S., & Yaddanapudi, S. (2023). Parkinson Disease. StatPearls Publishing. Recuperado de  https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK470193/

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