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Desbloqueando el cerebro: Por qué la barrera hematoencefálica es clave y cómo los nanofármacos la conquistan

Desbloqueando el cerebro: Por qué la barrera hematoencefálica es clave y cómo
los nanofármacos la conquistan

Equipo Editorial Reto MD

2 de Octubre de 2025

Colegas, futuros médicos, permítanme ser directo: el cerebro es el órgano más fascinante y complejo que trataremos, y su protección, la Barrera Hematoencefálica (BHE), es una de las estructuras más cruciales y, a menudo, subestimadas de nuestro cuerpo. Puede parecer obvio, pero un error frecuente es no comprender a fondo su papel fundamental. La BHE es el principal obstáculo para el acceso al sistema nervioso central (SNC) (Kirit et al., 2025, p. 32606), lo que la convierte en un desafío enorme para el tratamiento de enfermedades neurológicas. Sin embargo, la nanomedicina está abriendo puertas que antes creíamos cerradas. Es vital que dominemos estos conceptos básicos para estar a la vanguardia de la medicina.

Desarrollo

La barrera hematoencefálica: más que un simple muro

Volvamos a lo básico: la BHE no es solo una barrera física pasiva. Es una interfaz dinámica, semipermeable y multifuncional, esencial para mantener la homeostasis del SNC al controlar el transporte molecular entre los vasos sanguíneos y el tejido cerebral (Kirit et al., 2025, p. 32606). Esto es un error de principiante que incluso médicos experimentados cometen: pensar en ella como un simple filtro.

La BHE se compone de tres niveles de protección (Kirit et al., 2025, p. 32606):

  • Barrera física: Formada por las células endoteliales microvasculares cerebrales (BMEC) selladas por uniones estrechas (TJPs), pericitos, astrocitos y componentes de la membrana basal (Kirit et al., 2025, p. 32606). Estas uniones impiden la difusión paracelular (Kirit et al., 2025, p. 32606).
  • Barrera de transporte: Depende de transportadores selectivos de entrada y salida (Kirit et al., 2025, p. 32607).
  • Barrera metabólica: Incluye enzimas desintoxicantes que neutralizan químicos peligrosos (Kirit et al., 2025, p. 32607).

El error común aquí es subestimar esta complejidad. Mi consejo es: nunca dejen de lado la fisiología básica. Entender cómo funciona la BHE en condiciones normales es el primer paso para comprender qué sucede cuando falla.

Cuando la barrera se rompe: implicaciones en la enfermedad

La integridad de la BHE se modifica y se interrumpe en diversas enfermedades neurodegenerativas (END), como el Alzheimer (AD), el Parkinson (PD), la esclerosis múltiple (MS), el accidente cerebrovascular (ACV) y la lesión cerebral traumática (TBI) (Kirit et al., 2025, p. 32607). Esta disrupción permite el paso de células inmunes y sustancias dañinas al cerebro (Kirit et al., 2025, p. 32607).

Un error grave es asumir que la BHE siempre está intacta o que su disrupción es uniforme. La realidad es que la función de la BHE difiere según la ubicación anatómica y el estado de la enfermedad (Kirit et al., 2025, p. 32607). Esto tiene implicaciones significativas para la terapia dirigida al SNC (Kirit et al., 2025, p. 32607).

Para corregir esto, recuerden: el estado de la BHE en la enfermedad es un factor crítico que influye en la administración de fármacos y su eficacia terapéutica (Kirit et al., 2025, p. 32608). Siempre consideren el contexto patológico.

Nanofármacos: La Clave para el Acceso Cerebral

Aquí es donde la innovación nos da una ventaja. Los sistemas convencionales de administración de fármacos son generalmente ineficaces para cruzar la BHE (Kirit et al., 2025, p. 32608). Esto es un principio que nunca debemos olvidar. Sin embargo, los avances en nanomedicina han permitido el desarrollo de nanoteranósticos que pueden penetrar la BHE (Kirit et al., 2025, p. 32609).

Los nanofármacos ofrecen ventajas clave (Kirit et al., 2025, p. 32611):

  • Evitan la fagocitosis por el sistema reticuloendotelial.
  • Mejoran la administración de fármacos al cerebro.
  • Aumentan significativamente las cantidades de fármaco presentes en el cerebro.

Pero no todo vale. Los nanotransportadores deben cumplir requisitos estrictos (Kirit et al., 2025, p. 32612):

  • No tóxicos, biodegradables y biocompatibles.
  • Diámetro de partícula inferior a 100 nm.
  • Estables en el torrente sanguíneo y sin tendencia a agregarse.
  • Proceso de producción optimizado y económico.
  • Resistentes a la captación por el sistema mononuclear fagocítico.
  • Circulación prolongada en sangre.

Existen diversos tipos de nanopartículas, cada una con propiedades únicas (Kirit et al., 2025, p. 32610):

  • Liposomas: Vesículas de bicapa lipídica, los primeros en su tipo, aprobados para uso clínico (Kirit et al., 2025, p. 32612).
  • Nanopartículas lipídicas sólidas (SLN): Núcleo lipídico hidrofóbico estable, de 40-200 nm, pueden cruzar la BHE y evitar el sistema reticuloendotelial (Kirit et al., 2025, p. 32613).
  • Nanopartículas poliméricas: Matriz de polímero, de 60-200 nm, pueden degradarse en el cuerpo (Kirit et al., 2025, p. 32613).
  • Dendrímeros: Estructuras simétricas y ramificadas que pueden transportar fármacos (Kirit et al., 2025, p. 32614).
  • Polimerosomas: Similares a los liposomas, pero con una bicapa más gruesa, lo que les confiere mayor estabilidad y circulación sanguínea mejorada (Kirit et al., 2025, p. 32615).
  • Nanopartículas a base de metales (ej. oro, magnéticas, puntos cuánticos): Pueden atravesar la BHE y tienen capacidades de imagen y administración de fármacos (Kirit et al., 2025, p. 32617).
  • Nanopartículas de microburbujas: Interactúan con ultrasonido, aumentando la permeabilidad de la BHE (Kirit et al., 2025, p. 32617).

El error aquí es pensar que cualquier nanopartícula servirá. Mi consejo es: la investigación in vitro es fundamental para evaluar la eficacia de las nanoformulaciones antes de las costosas pruebas in vivo (Kirit et al., 2025, p. 32608). La elección del nanofármaco debe ser estratégica y basada en sus propiedades específicas y el objetivo terapéutico.

La Barrera Hematoencefálica es un guardián complejo y dinámico, cuya comprensión es fundamental para cualquier médico. No subestimen su papel ni su alteración en la enfermedad. La nanomedicina nos ofrece herramientas prometedoras para superar este desafío, permitiendo el acceso dirigido de fármacos al cerebro. Apliquen este conocimiento básico y sigan explorando las posibilidades que la nanomedicina ofrece para transformar el tratamiento de las enfermedades del SNC.

Referencia:

Kirit, E., Gokce, C., Altun, B., & Yilmazer, A. (2025). Nanotherapeutic Strategies for Overcoming the Blood-Brain Barrier: Applications in Disease Modeling and Drug Delivery. ACS Omega, 10(6), 32606–32625.

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