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Cefaleas: la evolución de las banderas rojas y el diagnóstico de precisión
Equipo Editorial Reto MD
30 de Octubre de 2025

Las cefaleas son una de las quejas más comunes en la práctica médica, un síntoma que, aunque frecuentemente benigno, puede enmascarar condiciones graves y potencialmente mortales. ¿Qué hay de nuevo en la forma de identificar las que realmente importan? Este avance aún no cambia tu práctica de forma radical, pero podría ser el inicio de una nueva era en la precisión diagnóstica de las cefaleas.
Hacia una evaluación más inteligente de las cefaleas
Tradicionalmente, las “banderas rojas” en la evaluación de las cefaleas han sido señales de alarma que nos impulsan a buscar una causa secundaria. Sin embargo, la innovación reciente no radica en descubrir nuevas banderas, sino en refinar nuestra comprensión y aplicación de las existentes, transformándose en herramientas de cribado más precisas y basadas en la evidencia.
Un estudio reciente destaca que las banderas rojas pueden interpretarse como pruebas de cribado, ayudándonos a identificar pacientes con un riesgo elevado de cefalea secundaria antes de que se conozca el diagnóstico definitivo. La clave reside en entender cómo la presencia de una bandera roja aumenta la probabilidad de una cefalea secundaria. Esta probabilidad no solo depende de la frecuencia con la que la bandera roja acompaña a una cefalea secundaria, sino también de la prevalencia de la cefalea secundaria en la población y de la infrecuencia con la que la bandera roja aparece en general (Pohl, 2022). Este enfoque, basado en el teorema de Bayes, nos invita a pensar de manera más probabilística y menos dicotómica.
Para que una bandera roja sea verdaderamente útil, debe ser inequívoca y fácil de evaluar. Además, no debe ser una señal “general” que sugiera cualquier cefalea secundaria, sino que debe estar ligada a condiciones específicas. Es crucial que estas banderas rojas acompañen regularmente a la cefalea secundaria que buscan detectar, pero que ocurran infrecuentemente en pacientes con cefaleas primarias (Pohl, 2022).
La precisión de estas herramientas se mide por su sensibilidad (la capacidad de detectar correctamente las cefaleas secundarias) y su especificidad (la capacidad de descartar correctamente las cefaleas primarias), parámetros que requieren una atención meticulosa para evitar pruebas innecesarias.
Integrando las banderas rojas con el diagnóstico vanzado
En este contexto de precisión, la evaluación inicial de un paciente con cefalea se vuelve fundamental. Un análisis exhaustivo de la historia clínica y un examen físico detallado son los pilares para diferenciar entre etiologías primarias y secundarias.
La mnemotécnica SNNOOP10 emerge como una guía práctica para identificar las “banderas rojas” que sugieren una causa subyacente grave (Hernandez et al., 2024).
| Característica clínica | Otras condiciones a descartar | 
| S – Síntomas sistémicos, incluyendo fiebre | Eventos intracraneales no vasculares por un proceso inflamatorio o infeccioso | 
| N – Historia de neoplasia | Neoplasia cerebral o metástasis | 
| N – Déficits neurológicos focales (p. ej., disminución del nivel de conciencia) | Eventos intracraneales o cervicales vasculares; absceso cerebral; meningitis; infecciones oportunistas | 
| O – Inicio súbito | Hemorragia subaracnoidea y otras cefaleas secundarias de etiología vascular | 
| O – Edad mayor (50+ años) | Arteritis de células gigantes u otro proceso intracraneal vascular; neoplasias u otros trastornos intracraneales no vasculares | 
| P – Cambio en el patrón de la cefalea | Neoplasia, cefaleas atribuidas a etiologías vasculares y no vasculares intracraneales o cervicales | 
| P – Cefalea de naturaleza postural | Hipertensión o hipotensión intracraneal | 
| P – Factores precipitantes: estornudo, tos o ejercicio | Malformaciones de fosa posterior; malformación de Chiari | 
| P – Embarazo o puerperio | Etiologías vasculares intracraneales o cervicales agudas | 
| P – Dolor ocular con características autonómicas | Patología en fosa posterior, seno cavernoso o glándula pituitaria; etiologías oftálmicas | 
| P – Inicio postraumático de la cefalea | Cefaleas relacionadas con etiologías vasculares intracraneales o cervicales; cefaleas post-punción dural; cefaleas relacionadas con preeclampsia; trombosis de senos venosos; anemia; hipertiroidismo; hipotiroidismo; diabetes | 
| P – Patología del sistema inmune (p. ej., VIH, linfoma de células T) | Cefaleas relacionadas con eventos intracraneales no vasculares; absceso cerebral; infecciones oportunistas | 
| P – Cefalea por abuso de analgésicos, o nuevo fármaco al inicio de la cefalea | Cefaleas relacionadas con etiología intracraneal no vascular por interacción adversa de metabolitos de fármacos | 
Cuando las banderas rojas están presentes, la neuroimagen (tomografía computarizada [TC], resonancia magnética [RM], angiotomografía [CTA], angiografía por sustracción digital [DSA]) y el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) se convierten en herramientas diagnósticas indispensables. Por ejemplo, en el caso de la hemorragia subaracnoidea (HSA), una de las emergencias más críticas, la regla de Ottawa para HSA es una herramienta validada que ayuda a determinar la necesidad de pruebas adicionales, optimizando el uso de la TC y la punción lumbar.
La innovación reside en la sinergia entre una comprensión más profunda de las banderas rojas y la capacidad de las tecnologías de imagen y laboratorio para confirmar o descartar diagnósticos con una precisión sin precedentes. Esto nos permite abordar condiciones como el hematoma subdural, la meningitis bacteriana aguda, la arteritis de células gigantes, los tumores cerebrales, los eventos isquémicos agudos, la hipertensión intracraneal idiopática, la hipotensión intracraneal espontánea y las malformaciones vasculares no rotas con mayor confianza y eficacia (Hernandez et al., 2024).
Un futuro de optimismo cauteloso
La evolución en la comprensión y aplicación de las banderas rojas en la atención de las cefaleas representa un paso emocionante hacia una medicina más personalizada y precisa. Al afinar nuestra capacidad para identificar las cefaleas secundarias de manera temprana y eficiente, no solo mejoramos los resultados para los pacientes, sino que también optimizamos el uso de los recursos diagnósticos.
Si bien estos avances aún no transforman por completo la práctica diaria, nos acercan a un futuro donde la evaluación de las cefaleas será más inteligente, más basada en la evidencia y, en última instancia, más beneficiosa para nuestros pacientes. La curiosidad y el entusiasmo por seguir explorando estas fronteras nos impulsan a mantenernos actualizados y a integrar estas innovaciones en nuestra práctica clínica.
Referencias:
- Hernandez, J., Molina, E., Rodriguez, A., Woodford, S., Nguyen, A., Parker, G., & Lucke-Wold, B. (2024). Headache Disorders: Differentiating Primary and Secondary Etiologies. Journal of Integrative Neuroscience, 23(2), 43. https://doi.org/10.31083/j.jin2302043
Pohl, H. (2022). Red flags in headache care. Headache, 62(4), 534–535. doi:10.1111/head.14273




