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¿Será el COVID-19 una infección permanente o tendrá un tiempo límite entre nosotros?

¿Será el COVID-19 una infección permanente o tendrá un tiempo límite entre
nosotros?

Dr. Luis Diaz

20 de Enero de 2025

Desde su aparición en 2019, el COVID-19 ha transformado profundamente la vida a nivel global. La pregunta de si esta enfermedad se quedará como una amenaza persistente o desaparecerá eventualmente sigue siendo un tema de debate entre científicos y expertos en salud pública. Con base en la literatura científica actual, parece más probable que el COVID-19 se convierta en una enfermedad endémica, aunque su impacto podría variar según la región, las estrategias de salud pública y la evolución del virus.

¿Qué significa que el COVID-19 se convierta en endémico?

Un patógeno endémico es aquel que está presente de manera constante en una población o región específica, pero con tasas relativamente estables de infección. Ejemplos incluyen enfermedades como la gripe estacional y la malaria en ciertas regiones. Según los expertos, el COVID-19 podría seguir un camino similar debido a varias razones:

  1. Persistencia de reservorios animales: El virus tiene la capacidad de mantenerse en animales, lo que dificulta su erradicación completa (Villani et al., 2022).
  2. Mutaciones constantes: La aparición de variantes como Delta y Ómicron demostró la capacidad del virus para adaptarse y evadir parcialmente la inmunidad generada por vacunas o infecciones previas (Telenti et al., 2021).
  3. Inmunidad incompleta: Tanto las vacunas como las infecciones generan una protección que tiende a disminuir con el tiempo, lo que permite reinfecciones (Iyaniwura et al., 2023).

Factores que determinan la permanencia del COVID-19

1. Vacunación global
Las vacunas han sido fundamentales para reducir la gravedad de los casos y prevenir hospitalizaciones. Sin embargo, la cobertura desigual sigue siendo un desafío. En regiones con bajas tasas de vacunación, el virus puede seguir propagándose y generar nuevas variantes. Incluso en países con alta cobertura, la inmunidad colectiva no es suficiente para eliminar el virus por completo debido a la transmisión comunitaria y a los casos de “avance” (infecciones en personas vacunadas) (Torjesen, 2021).

2. Capacidad de adaptación del virus
El SARS-CoV-2 ha demostrado una notable capacidad para mutar, evadiendo la inmunidad generada por infecciones previas o vacunas. Este fenómeno, conocido como “escape inmunológico”, podría prolongar la coexistencia con el virus durante décadas (Antia & Halloran, 2021).

3. Estacionalidad y patrones de transmisión
Es probable que el COVID-19 se vuelva estacional, con aumentos de casos durante los meses más fríos en regiones templadas. Sin embargo, los picos pueden variar según las intervenciones de salud pública, como el uso de mascarillas y las campañas de refuerzo de vacunas (Townsend et al., 2023).

4. Reservorios animales
A diferencia de enfermedades como la viruela, el COVID-19 enfrenta un obstáculo único: su capacidad para infectar a animales como ciervos y visones. Esto crea la posibilidad de que el virus regrese a la población humana incluso después de largos períodos de control (Telenti et al., 2021).

Lecciones de enfermedades anteriores

La historia de otras enfermedades proporciona un contexto útil para entender el futuro del COVID-19:

  • Gripe estacional: Aunque no se puede erradicar, la gripe es controlada mediante vacunas anuales que se adaptan a las cepas circulantes. Una estrategia similar podría adoptarse para el COVID-19.
  • Éxitos como la viruela: La erradicación global de la viruela fue posible gracias a una vacuna altamente efectiva y un esfuerzo coordinado a nivel mundial. Sin embargo, el COVID-19 es mucho más transmisible y cuenta con reservorios animales, lo que hace improbable su eliminación completa (Villani et al., 2022).

¿Qué nos espera en el futuro?

Los modelos matemáticos y las experiencias de pandemias anteriores sugieren que el COVID-19 probablemente persistirá, pero con un impacto reducido a medida que aumente la inmunidad global y se mejoren los tratamientos:

  • Reducción de la mortalidad: Gracias a las vacunas y los tratamientos antivirales, la letalidad del COVID-19 ha disminuido significativamente en comparación con los inicios de la pandemia.
  • Convivencia con el virus: Es probable que aprendamos a vivir con el COVID-19, adaptándonos a brotes estacionales y reforzando la inmunidad mediante vacunaciones periódicas (Sinto, 2022).

Aunque es poco probable que el COVID-19 desaparezca por completo, su transición a una enfermedad endémica significa que dejará de ser una crisis global para convertirse en un desafío manejable. La combinación de vacunas efectivas, vigilancia epidemiológica y medidas de salud pública garantizará que podamos convivir con el virus de manera segura. En última instancia, el objetivo será minimizar su impacto en la vida diaria y en los sistemas de salud.

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