El año pasado, diferentes escuelas y facultades de medicina, hospitales e instituciones de salud (incluyendo el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán), fueron testigos del paro nacional del 9 de marzo: Un día sin nosotras. Lugares donde llenaron sus muros con papeles que contenían testimonios y denuncias de violencia de género, estos, escritos por estudiantes, doctoras, enfermeras y trabajadoras del área de salud.
Estos sucesos son consecuencia de una situación social que llevamos arrastrando desde tiempo atrás, porque históricamente, las mujeres obtuvimos nuestro derecho a votar, a poder estudiar una carrera, a ocupar cargos públicos, ser reconocidas como autoras en textos literarios y científicos, entre otros actos que buscan equidad; sin embargo, la lucha continúa por extinguir los actos de violencia de género y machismo.
El día de la mujer se establece en honor a la huelga de las trabajadoras textiles. Un día que no se debe felicitar a las mujeres, sino un día de concientizar, un día que conmemora la lucha feminista que hacemos todos los días. Queremos formar una sociedad feminista, por lo que para avanzar debemos deconstruirnos. Reflexionemos con los siguientes puntos.
- Actos que minimizan a la mujer.
“Es doctora, no señorita”. A un hombre lo llamarán doctor y a una mujer señorita. Se discrimina a la mujer simplemente por ser mujer, se justifica que es inferior, que no obtiene los mismos logros que el hombre. La inteligencia, el éxito y el liderazgo, no tienen nada que ver con ser mujer u hombre.
- El “Mansplaining”
Un hombre que explica un tema a una mujer de forma condescendiente, porque asume que la mujer es ignorante o con una capacidad de compresión inferior. Una mujer tiene la misma capacidad (o más) que un hombre.
- Actos que objetivizan a la mujer.
De acuerdo a un artículo publicado por la Journal Vascular Surgery en diciembre del 2019, “Prevalence of unprofessional social media content among young vascular surgeons” (Prevalencia de contenido no profesional en redes sociales en cirujanos vasculares jóvenes), reprende sobre todo a doctoras que mostraban contenido “inapropiado” en sus redes sociales, como subir una foto en traje de baño, del cual inicia el movimiento #MedBikini, porque además de ser doctoras, tenemos vida social y nuestro trabajo profesional no debe ser juzgado por subir una foto en traje de baño. Esto indica la visión hacia la mujer como objetos de deseo sexual, no se le reconoce como un individuo con personalidad, inteligencia, emociones y capacidades. Los atributos físicos no definen la capacidad de las mujeres.
- No reprimir el movimiento.
Hay que promover con el ejemplo, dejemos de ser permisivos ante cualquier manifestación de violencia de género y/o machista. La indiferencia también te hace cómplice; debemos concientizar, escucharlas y ayudarlas.
Como médicos, hemos experimentado o conocemos sobre lo desgastante que pueden ser los ambientes tóxicos, las jerarquías, el maltrato físico y psicológico de algunos hospitales e instituciones de salud. Las doctoras no sólo nos vemos afectadas por todo lo anterior, además, nos encontramos en riesgo de vivir un acto machista o de violencia de género. Por esto, necesitamos hacer un cambio en la sociedad, es fundamental difundir información y exigir justicia ante los actos de violencia. También debemos ir al origen de la mentalidad machista y agresora que atenta contra nosotras. Queremos una sociedad que busca consciencia, que se cuestiona y reflexiona.
“Usted no puede esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas. Cada uno de nosotros debe trabajar para su propia mejora“
-Marie Curie
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